lunes, 3 de septiembre de 2012

TEOCENTRISMO, LEYENDA ARTURICA

Teocentrismo




El teocentrismo (del latín, teo- significa Dios) es la doctrina según la cual Dios es el centro del Universo, todo fue creado por Él, es dirigido por Él y no existe ninguna razón más que el deseo de Dios sobre la voluntad humana.

El teocentrismo abarca todo lo que existe, incluso la razón científica, ya que todo lo explica por la voluntad divina y mística de Dios.Fue la corriente que predominó en la Edad Media y que más tarde se convirtió en antropocentrismo (el hombre es el centro del universo).

Fue un concepto central en el pensamiento de principios de la era cristiana y la Edad Media hasta el periodo del Renacimiento, a partir de cuando se empezó a concebir a Dios como un factor pero no como causa única del mundo.

La Leyenda Artúrica
El origen literario de la leyenda artúrica
 

De hecho, como toda historia de origen épico, la del rey Arturo se basa por supuesto en las tradiciones galesas y britonas de la alta edad media, y en los hechos históricos acaecidos entre los siglos V-VI d.C. Dos obras fundamentales, ambas datadas entre los siglos IX y X d.C. y por tanto no contemporáneas, son los Annales Cambriae (los Anales de Gales) de Gildas y la Historia Britonum de Nennius, que constituyen los fundamentos de lo que se conoce como la Materia de Bretaña, conjunto de escritos que narran el ciclo artúrico. Sin embargo, la base de esta Materia de Bretaña es el libro de la Historia Regum Britanniae de Geoffrey de Montmouth, que es quién recoge la historía mítica tal como la conocemos hoy día. El otro gran autor que amplia aún más el ciclo artúrico con el desarrollo del tema del Santo Grial es Chrétien de Troyes, con la leyenda de Percibal (o Parsifal), Tristán e Isolda, y la historia del reino de Cornualles (o Cornway/Kernwal).

La leyenda artúrica

Según la leyenda, Uther Pendragon, que estaba destinado a ser el rey de los bretones, se enamoró profundamente de Igraine, la esposa de Gorlois, duque de Cornualles. Para poder realizar su deseo, le pidió un favor a Merlin para que, por una noche, pudiera tener relaciones con Igraine sin que nadie se enterase. Merlin acepta con la condición de que el hijo nacido de esa relación debe dárselo a él para criarlo, y Uther acepta sólo pensando en conseguir su propósito. Con un hechizo que le hace tomar la forma de Golois, Uther toma a Igraine, pensando ésta que lo está haciendo con su marido, ante la mirada atónita de Morgana, la hija de Igraine y Golois, que sí ve a Uther con su auténtica forma. Pasada la noche, y antes de que el hechizo desaparezca, Uther se marcha del castillo, pero a las pocas horas se descubre que Golois ha muerto en batalla y que por tanto no pudo pasar esa noche en el castillo. Al poco tiempo, Uther desposa a la viuda, que efectivamente se ha quedado embarazada, y cuando nace el niño, Merlin reclama su parte del trato, y al rey no le queda más remedio que entregárselo. Según la leyenda, Merlin le entrega a Arturo, ese niño nacido de una relación adúltera, a sir Kevin, para que lo críe como a un hijo suyo.


Después de esto, Uther se convierte en un rey despótico, con muchos enemigos, que se acaban rebelando contra él, y en una batalla, malherido, y para evitar que su espada Excalibur (también conocida como Caladbolg), símbolo del poder real, caiga en malas manos, clava la espada en la piedra para que sólo sus descendientes legítimos puedan arrancarla. Al morir Pendragon sin hijos reconocidos, y siendo Excalibur simbolo de la realeza, todos los caballeros de Bretaña intentarán arrancarla, pero será el propio Arturo quién, por error, acabará sacándola, y siendo reconocido como heredero legítimo, con la mediación de Merlin. 


Excalibur, de John Boorman, es la mejor adaptación del ciclo artúrico hecha hasta la fecha y referente obligado de cualquier cinéfilo que se precie.

Siendo proclamado rey, construirá Camelot como capital de su reino y allí alojará una sala con la famosa Mesa Redonda, un lugar de reunión donde todos los hombres serán iguales, acompañado de sus fieles caballeros, entre los que se contaban Lancelot (o Lanzarote), Gawain, Galahad, Percibal,... También desposará a Ginebra, pero ésta sucumbirá ante los encantos de Lancelot, y serán descubiertos por Arturo, por lo que por vergüenza, ella abandonará la corte ingresando en un monasterio. Por las malas artes de Morgana, la hermana de Arturo por parte de madre, el reino caerá en la desolación y en la sublevación de Mordred (según algunas fuentes, hijo de Morgana y Arturo, fruto de una noche de hechizo como lo fué la concepción del propio Arturo), en parte por la enfermedad del rey, que hará que los caballeros emprendan la búsqueda del Santo Grial, el cáliz de la última cena con poderes curativos. Finalmente, Arturo y Mordred se enfrentaran a muerte, y Arturo morirá y será enviado con la ayuda de la Dama del Lago a Avalon, la isla de los inmortales.

Esa es, brevemente, la base de la leyenda artúrica.

El personaje histórico de Arturo

Poco se sabe de él, excepto que las crónicas lo llaman dux, no rey, título que se solía aplicar a los jefes militares, de forma similar al imperator romano. Según éstas, Arturo comandó el ejercito que se enfrentó a los sajones en la batalla del Monte Badon, entre los años 516 y 518 d.C., saliendo victorioso. El resto de datos de la leyenda pertenecen de una manera u otra al folklore popular galaico-britano, como por ejemplo la asimilación de la antigua diosa irlandesa Mórrígan con Morgana, entre otros.

Candidatos

Existen una seríe de personajes reales, documentados historicamente, que encajarían dentro de ese perfil del personaje legendario y a continuación pasaré a exponerlos:

Lucio Artorio Casto

El parecido del nombre es obvio, y mucho autores coinciden en que el nombre de Arturo podría proceder de una derivación autóctona del nombre latino de Artorius. Lo cierto es que este personaje, nacido en la Campania romana (actual zona de Nápoles), vivió a mediados del siglo II d.C., y junto a su unidad de caballeros sármatas, se hizo cargo de la Legio VI Victrix destinada en Britania, y que se encargaba de proteger el Muro de Adriano. Acabado su servicio, se acabó instalando en Dalmacia, donde murió y donde se ha hallado un sarcofago con su nombre.


Un acercamiento diferente al mito artúrico: Clive Owen es el general Artorio Casto y Keira Knightley, Ginebra, una princesa de los pictos.

En 2004, Jerry Bruckheimer produjo Arturo, una película que asociaba a Artorio Casto (Clive Owen) con el personaje legendario, y a su famosa cohorte de caballeros sármatas con los caballeros de la Mesa Redonda. También aparecía el personaje de Ginebra (Keira Knightley), esta vez como princesa picta que obliga a tomar partido a Artorius contra los sajones en la Batalla del Monte Badon.

Por desgracia, es una recreación bonita pero sin fundamentos ya que Artorio Casto no es coetáneo de los hechos que se narran puesto que la batalla ocurrió tres siglos más tarde.

Riotamus

Tal vez éste sea el candidato histórico más cercano al mito de Arturo. Riotomus fué un caudillo britano que ante la llamada del emperador Antemio, acudió con una hueste de 2000 hombres en su ayuda, atravesando en canal de la Mancha y alojándose en la ciudad de Aballon (¿Avalon?), en la actual Francia. Por desgracia, llegó tarde y no pudo hacer nada por salvar al emperador, pero su presencia queda reflejada en las fuentes de la época, y coincidiría en la época en que se situa a Arturo (s.VI), además del hecho de que una de las proezas de Arturo fué cruzar el canal de la Mancha.

Ambrosio Aureliano

El tercer candidato al puesto para ser rey Arturo es este militar tardorromano, que según la Historia Regum Britanniae, luchó durante el reinado de los últimos emperadores romanos de Occidente contra el caudillo britano Vortígeno, en la batalla de Guoloph en el 437 d.C.

Sí la película sobre Artorio Casto era poco sería historicamente hablando, ésta es un auténtico descojone de incongruencias históricas, sólo hay que ver al elenco protagonista.

Como en el caso de Artorio Casto, el personaje también ha sido protagonista de una reciente película, basada en el libro de Valerio Massimo Manfredi, La última Legión. En ella se narra cómo el último emperador romano de Occidente, Rómulo Augustulo, se ve obligado a huir de Roma con la ayuda de Ambrosio y de un britano llamado casualmente Merlin. En Britania, se hará llamar Pendragón y acabará casándose con Igraine, de quien se supone nacerá el futuro Arturo. En este caso, Ambrosio no sería directamente Arturo pero sí el responsable de la leyenda. La espada Excalibur en realidad sería la espada del mismo Cesar, que sólo sus descendientes, o sea Rómulo, podrían empuñar.

Owain Ddantgwyn

Owain fué un antiguo rey galés de finales del s.V d.C. que encajaría en el perfil del rey Arturo. Aunque a primera vista su nombre no coincida, era apodado el Oso (Arth en gaelico antiguo, de ahí la derivación latina Arth(os) uir o Hombre-Oso), y vivió en Camlan (¿Camelot?). Para más inri, el nombre de su padre era Yrth, que podría derivarse Uther.

Athrwys ap Mewig

El último de los candidatos. Poco se sabe de él excepto que fue un caudillo britano que vivió por los lugares que cita la leyenda y que coincidiría con la época en que se situa la batalla del Monte Badon.

Conclusión

Hoy en día seguimos sin conocer el orígen exacto del mito del rey Arturo y su figura, si es que realmente existió. De hecho, lo más probable es que, como muchos personajes legendarios, fueran la unión de las vidas de muchos personajes históricos que la imaginación humana y la novela caballeresca desarrollaron de forma extrema, pero que, a día de hoy, sigue captando nuestra imaginación. La novela fantástica tal como la conocemos hoy no existiría si no fuese por el ciclo artúrico, ni tampoco las grandes novelas caballerescas ni las operas wagnerianas basadas en el mito del Santo Grial. Por eso es y siempre será un tema universal.



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